En este artículo trataré el período de Picasso de aparente pluralismo estilístico. Desde 1915, hasta entrada la década de 1920, parecíó que el interés del artista se desviaba de los elementos formales del cubismo que él mismo había desarrollado y empezaba a incorporar aspectos de otros estilos históricos como el manierismo, el neoclasicismo y el neoimpresionismo sin abandonar sus formas cubistas. La exposición de Picasso en París el 1919, su primera en 13 años, sorprendió y desconcertó incluso a sus adeptos, que no perdieron la oportunidad de tildarle de falsificador, de pasticheur. Incluso ahora, el regreso aparentemente espontáneo de Picasso a estilos históricos anteriores sigue causando perplejidad y provocando, especialmente si se invoca en una discusión más amplia del estilo como concepto.
Empiezo con el ensayo Style, escrito en 1956, por Meyer Schapiro, en el que se muestra en desacuerdo con modelos orgánicos de análisis estilístico que conllevan la mitificación de ciertos «grandes» artistas, cuyo trabajo representa el «punto álgido» de un estilo. Schapiro acaba haciendo un llamamiento a definir un modelo de estilo flexible que permita integrar los contenidos internos del arte con su expresión formal. Así mismo, incorporo a varios autores que intentan enfocar de este modo el pluralismo estilístico de Picasso. Rosalind Krauss, por ejemplo, se plantea desinflar la mitificación de Picasso, ofreciendo una explicación psicoanalítica. Arnold Hauser adopta un enfoque social, y defiende que este periodo reflejó la «[protesta] de Picasso contra el culto a la originalidad». Sin embargo, estos autores no plantean suficientemente el pluralismo estilístico de Picasso en un debate del estilo como método, y pasan por alto la fuerza que impulsa este aparente cambio de enfoque.
A continuación trato los textos de George Kubler, que secundó el llamamiento de Schapiro a ampliar la definición de estilo. No obstante, en su libro de 1962, The Shape of Time, (La configuración del tiempo, editorial Nerea, 1988), Kubler defiende que en la expansión necesaria del término para acomodar el cambio de estas cualidades, con el paso del tiempo desparecería el propio término. Aun así, más de diez años después, en un artículo de 1977 titulado «Towards a Reductive Theory of Visual Style», Kubler presenta un análisis del estilo como «multiplicidad de seis dimensiones» e incluye un diagrama hexagonal para sus lectores con los componentes correspondientes agrupados por parejas en caras contrapuestas. Este aparente giro de 180º llama la atención, esta defensa de la rigidez del modelo (descrita como forma geométrica) en lugar de expandir la definición. Defiendo que Kubler y Picasso están enfrascados en un proyecto similar: usar la hipérbole para demostrar las deficiencias de un concepto de «estilo» definido.
La mayor parte de mi artículo está dedicado a probar si el modelo de Kubler es aplicable a varias obras del periodo de pluralismo estilístico de Picasso. Incluso si el propósito de Kubler fuese retórico, estos «análisis kublerianos» revelan que Picasso no traicionó el cubismo, sino que se enfrentaba a la noción de que el cubismo fuese un estilo, y a veces socavaba humorísticamente sus formas constantes. Además, al distorsionar y descontextualizar estilos históricos, Picasso se burla del mito del «gran artista» y de su propia identidad como «innovador», planteando, al mismo tiempo, cómo la definición de «estilo» modula la práctica de la historia del arte.
Kendall Follert es estudiante de primer año de máster en el Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York, donde estudia principalmente arte contemporáneo de Norteamérica y pintura del siglo xx. Licenciada en 2013 por el Williams College, donde estudió Historia del Arte y Antropología. Originaria de Los Ángeles, después de licenciarse regresó a su ciudad natal donde trabajó en varias galerías y museos de arte contemporáneo de la zona, como la galería Ernie Wolfe Gallery y el Museo de Arte de Santa Mónica. Asimismo, está interesada en la historia del arte del sur de California. Después de cursar el máster, planea continuar sus estudios en un programa de doctorado.
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